La experiencia que tiene un cuerpo en determinado espacio está inevitablemente relacionada con la incidencia de la luz sobre el mismo. La luz no solo repercute en cuestiones físicas, si no también psicológicas, pues esta crea experiencias atmosféricas sobre el/los cuerpos(s) receptor(es). Para analizar las experiencias materiales y no materiales reproducidas en el espacio, debe reconocerse un observador y un objeto, siendo el segundo afectado por la incidencia de la luz de forma objetiva, y el primero experimentando subjetivamente el fenómeno.
Atendiendo a la pregunta ¿Qué arquitecturas requiere el mundo de hoy? la presente investigación se enfocará en proyectos que utilicen sistemas de luz artificial para la construcción de atmosferas en el espacio interior a partir de la cultura del entretenimiento nocturno como los espacios de música techno, y las discotecas LGTBIQ+.
La tradición arquitectónica actual tiene como uno de sus principios el cálculo de la incidencia lumínica a través de “el método de los lúmenes” el cual requiere de herramientas tecnocientíficas para arrojar un valor numérico determinado como “lux” (desde la física se define como la unidad de la intensidad de la iluminación que mide la cantidad de lúmenes por cada metro cuadrado de una superficie) que permite reconocer si un espacio tiene o no “buena iluminación”. Este método, aunque permite entender de forma objetiva la funcionalidad de un espacio para albergar actividades como estudiar, trabajar, entre otras, ignora las percepciones subjetivas que los cuerpos tienen a partir de experiencias que van más allá de los lúmenes apropiados para ver adecuadamente en un espacio.
¿Qué sistemas podemos idear para verbalizar las experiencias sensoriales de un observador que interactúa con los sistemas de luz producidos en los contextos de discotecas? Anders Liljefor en su publicación “Lighting – visually and physically” propone 2 niveles para entender los términos visuales que afectan las experiencias espaciales de un cuerpo al percibir la incidencia de la luz:
El primer nivel se compone de tres factores: la espacialidad, la atmosfera y la visibilidad
A. Espacialidad: define el espacio físico a través de el volumen, la proporción y la orientación (Fontenelle 2008)
B. Visibilidad: define la posibilidad de poder ver las cosas como la textura, forma, el color y la luz en sí misma.
C. Atmosfera: define las experiencias atmosféricas de un cuerpo a través de los sentidos (percepción física) y los sentimientos (percepción mental).
El segundo nivel se compone por siete términos básicos que componen la experiencia visual de la luz (Fontenelle 2008) :
A. El nivel de luminosidad
B. La distribución espacial de la luminosidad
C. La sombra
D. Los reflejos/refractividad
E. El brillo
F. El color del/los objeto(s)
G. El color de la luz
Esta metodología permite entender las experiencias mentales que se producen en el espacio a través de la relación entre los “dispositivos de luz artificial” y el diseño de la materia que interactúa con estos. El espacio de la discoteca (junto al diseño de la misma) tiene que ver mucho con este dilema, puesto que en la actualidad es posible contar con tecnologías de luz artificial que nos permiten tener experiencias desde atmosferas carentes de luz natural. Angus Finlayson en su artículo “A beginner’s guide to club lightining”(2018) explica estas relaciones a través de entrevistas con “diseñadores de luz” (refiriéndose a ingenieros especializados en el manejo de luz artificial) con lo cual se propone la relación intrínseca entre los dispositivos de luz artificial, los dispositivos de humo, y la materialidad del espacio para producir atmosferas propias de los contextos de discotecas. Como aclaración, los efectos de luces en las discotecas sirven para potencializar la experiencia sonora que se tiene, con lo cual nace el concepto de “texturas de luz”. Las texturas lumínicas dotan a la luz de ritmo, tiempo de incidencia, color y efectos. Al mezclar distintos tipos de herramientas tecnocientíficas se producen efectos de luz singulares que al combinarse crean experiencias visuales únicas producto de los complejos sistemas de texturas.
La noción de espacio es por ende una consecuencia de juegos de contraste entre “el vacio”(oscuridad) y el “lleno” (texturas de luz).
Para ilustrar esto, se hará un listado de los dispositivos de luz artificial, los efectos que producen, y las atmosferas que construyen en su funcionamiento:
Luz que parte de un punto focal, al moverse en el espacio abre su ángulo de incidencia produciendo una geometría de cono suspendida en el aire. Normalmente se usa junto a dispositivos de humo para crer la ilusión de “superficies” suspendidas en el aire con patrones visuales cambiantes.
Laser con capacidad de movimiento de rotulación que permite desplazar el ángulo de incidencia de la luz.
Luz lineal con gran radio de incidencia. Funciona para dar protagonismo a una escena espacial especifica, como la cabia del dj o performance durante el evento.
Luz destellante intermitente que altera la visibilidad y por ende la noción del espacio que se habita.
(Para otros recursos de la importancia de la luz en la percepción espacial consultar: https://www.archdaily.com/928658/how-artificial-lighting-can-improve-or-worsen-architecture)
Estas tecnologías permiten variar los tonos en las luces proyectadas como indica Dj Blink en el artículo de Finlayson (2018)“Los Azules y cianes para techno; azules, cian y verde para Acid (genero de música techno); ámbares y tintos para la Haus; rojos, magentas y morados profundos para R&B. El azul es un color relajante que en realidad ralentiza el ritmo cardíaco. No es lo que quieres en una pista de baile concurrida". Por ende, las texturas de luz repercuten no solo en la noción de espacio y visibilidad, sino también en la atmosfera al alterar las percepciones espaciales a través de las emociones producidas en el cuerpo.
Ahora bien, las discotecas al ser espacios que dieron cuna a estas tecnologías de luz artificial son referentes importantes que tradicionalmente no se toman en cuenta para análisis compositivos. La teoría-practica de la fenomenología arquitectónica puede nutrirse del análisis de discotecas construidas que proponen sistemas innovadores que distorsionan la noción de un único espacio que se habita.
Los siguientes proyectos se consideran relevantes a la investigación por innovar en la noción de “múltiples espacialidades” dentro de un mismo esqueleto arquitectónico inalterado, siendo las herramientas tecnocientíficas una nueva capa compositiva que hace posible este fenómeno.
B018 es una discoteca fundada en 1998 en la zona “Quarantine” de la ciudad de Beirut en el Líbano. Este contexto se caracterizaba por su abandono a partir de un ataque militar violento por parte del gobierno local a los refugiados franceses de la época del protectorado. B018 busca emplazarse dentro de la memoria de la cicatriz de guerra a manera de arquitectura critica de la amnesia de la postguerra en el Líbano. En consecuencia, la discoteca es un espacio soterrado que reafirma su presencia en la ciudad durante la noche, abriendo su cubierta y exponiendo el espacio interior. Gracias a este elemento flexible, B018 potencia la inmersión del participante, ya sea a través de la cubierta abierta dando la idea de clandestinidad durante la fiesta (desconexión física de la ciudad) y a su vez la extensión infinita del techo, o en un espacio completamente cerrado (con la cubierta cerrada) que compone la atmosfera a través de dispositivos de luz artificial en el techo y paredes. A su vez, la refractividad juega un rol importante en el espacio al manejarse a través de dos filas laterales de espejos que duplican la proporción del espacio interior, y una gran pantalla de espejos (con el mismo sistema flexible de la cubierta) que se sitúa en el techo durante la tipología cerrada, y arriba del dj en la tipología abierta.
Con un contexto similar, la discoteca Palladium situada en el barrio Greenwich de la ciudad de Nueva York nace como un espacio seguro para la comunidad LGTBIQ+ a partir de un contexto político y social represivo hacia la misma. Diseñada por el arquitecto Arata Isozaki, el proyecto reutiliza la estructura de un viejo teatro introduciendo una nueva estructura de cajas compuestas por pantallas que proyectan variedad de luces al espacio. Esta piel junto a pantallas suspendidas en el aire, desdibujan los límites del lugar al jugar con los contrastes entre la luz, la sombra y las múltiples superficies que nacen al componer el espacio con geometrías 3d y las superficies preexistentes del teatro.
En conclusión, las tecnologías de distorsión espacial creadas a partir de los dispositivos de luz artificial componen nuevas tipologías y experiencias atmosféricas que alteran la idea de habitar el espacio desde una única percepción del mismo.
En primer lugar, al desligar la arquitectura de la necesidad de recibir luz natural (pues se habita en la noche o en espacios completamente cerrados) nace una nueva tipología de arquitectura cerrada que potencia la inmersión del individuo en el espacio al desligarse del contexto exterior. Seguidamente, esta noción de encierro compone la espacialidad en porcentajes diferentes a lo habitual entre la sombra (comportándose esta como vacío) y la luz (comportándose como el lleno). Este fenómeno introduce materialidades no solidas que repercuten en el espacio, como lo es el humo el cual al interactuar con la luz produce superficies suspendidas en el aire que focalizan la visión en puntos específicos, crean nuevas pieles en el espacio, y alteran el campo de lo visual a su vez que la noción de espacialidad. Otros efectos innovadores al trabajar desde la luz artificial son las superficies de refracción y proyección que duplican el espacio interior al desdibujar los límites del esqueleto arquitectónico. Como síntesis de todo lo anterior, las discotecas son arquitecturas que trabajan desde efectos de distorsión espacial dados principalmente por el juego entre luz artificial y la sombra. En este contexto, el espacio y su percepción cambian gracias a la variación producida por las llamadas “texturas de luz”, junto a dispositivos de humo y las materialidades refractivas/flexibles. Esto introduce a la labor arquitectónica contemporánea nuevos sistemas de experiencias atmosféricas que ya no son dependientes del esqueleto del espacio inalterable, sino de sistemas tecnocientificos flexibles, o en movimiento, que alteran la noción de espacialidad, trayendo a la discusión otras disciplinas como la psicología, la ingeniera eléctrica e inclusiva la propia anatomía del cuerpo (principalmente al funcionamiento de lo visual y su vínculo con la mente y la escucha).
Para sintetizar el proceso investigativo llevado acabo en el texto “Sentir desde atmosferas: La luz artificial como herramienta para habitar múltiples nociones de espacio en un mismo esqueleto arquitectónico” se produce un ejercicio de folleto en capas. La idea es que a partir de la superposición entre la imagen de un esqueleto arquitectónico base (en este caso una bodega) con las alteraciones atmosféricas que suceden dentro de este gracias a los dispositivos de luz artificial, el espectador comprenda el poder de estas nuevas tecnologías. La audiencia objetivo son los usuarios de estos espacios de entretenimiento nocturno para hacer de esta experiencia algo consciente frente a los sentidos corporales accionados desde el entretenimiento. Debido a esto, la materialidad de las capas se plantea por medio de la impresión en acetato para poder proyectar (con una linterna) los colores que componen la impresión sobre el interior del hogar propio. Cada tarjeta viene con explicaciones: partiendo desde la primera se explica el marco conceptual del funcionamiento de la vista, para posteriormente introducir algunos dispositivos de luz, junto a las atmósferas que crean en el esqueleto arquitectónico, y la base teórica que se puede extraer de esta relación. Es de resaltar que este ejercicio también emerge como un registro de conceptos arquitectónicos que puede heredar la academia para hondar sobre las arquitecturas del entretenimiento nocturno o inclusive los mismísimos dispositivos de luz artificial como una nueva capa para la composición de arquitectura.
